¡Hola a todos! Me llamo Ana Fernandez. Trabajo en una fábrica de confitería, tengo dos hijos. ¡Considero mi vida realmente alegre y estupenda! Pero por causa de la diabetes, en un momento, llegó el fin.

Habitualemente estos relatos empiezan con una historia de enfermedad... Pues, me diagnosticaron diabetes a la edad de 24 años. Lo más ridículo es que aunque trabajo en una fábrica de confitería, siempre me daban totalmente igual los dulces. Sin embargo, tengo mis debilidades, siempre me han gustado los embutidos con kétchup (cuando probé los hot-dogs por primera vez, simplemente me enamoré de esta comida). También adoro la carne asada, también compré un horno especial para asar pollos que me encantan.
Claro que gané peso pero no me inquietaba mucho eso, por no hablar de que mi marido me decía que para él yo era la más guapa y que una mujer debía tener un buen apetito. En todo lo demás estaba bien, no fumaba, no abusaba del alcohol ...
No voy a contaros detalles. Creo que esta sensación es conocida para muchas personas con diabetes. Primero empiezan a cansarse más de lo normal pero piensan que está relacionado con el estrés, el trabajo y la edad. Duele la cabeza, tienes ganas de dormir, piensan que es el ecosistema el que influye, debilitamiento de la inmunidad etc.
Tuve miedo cuando mi peso empezó a disminuir por sí solo, sin esfuerzos de mi lado. Sobre todo, por supuesto, estaba alegre que podía usar mis viejos pantalones, y luego entendí que algo andaba mal... Empecé a tomar mucha agua y más a menudo ir al baño. Cuando tuve tiempo, fui al médico, el terapeuta dijo que necesitaba visitar al endocrinólogo, di muchas pruebas. Entonces descubrí que tenía la diabetes del tipo 2.
Mi primera reacción era: ¡es imposible! Ayer todo estaba normal y hoy necesito cambiar totalmente mi vida.
Tal vez, lo más difícil era reconocer que habían cambios y no podía huir de ellos. Aunque tenía pensamientos de que habría sido mejor si nunca me hubiera enterado de mi enfermedad. ¡Pero tenía que seguir viviendo con este conocimiento!

¡La lucha contra la diabetes es más una lucha contigo mismo!
Mi terapia empezó con medicinas tradicionales para el control del nivel de azúcar, cambios en la dieta y esfuerzos para hacer ejercicios... Pero, francamente, soy muy perezosa. En principio, porque realmente sentí lástima de mi misma, me pareció que no podía levantarme físicamente y practicar deporte, ¡aún cosas simples en la vida cotidiana parecían una carga! Ni aiquiera mi trabajo favorito no me traía alegría.
Toda mi vida estaba limitada a los indicadores en la cinta de prueba, si el nivel de azúcar estaba un poco más cerca de la norma, podía hacer algo, en caso contrario me deprimía hasta el final del día. Tenía que ir al hospital todo el tiempo, como si fuera mi casa.
Creo que muchos han pasado absolutamente lo mismo pero con las complicaciones que acompañan la enfermedad, tales como úlceras diabéticas o deterioro de la visión ...
Pero tuve suerte. ¡Pude encontrar el modo de liberarme de la diabetes! Sí, es imposible curarla pero hay un modo que hace que ni se note la enfermedad.
Oí sobre Dialine por casualidad, esperaba en una cola en la tienda y oí a dos mujeres hablando de que la madre de una de ellas se había mejorado de la diabetes. Claro que escuchar a escondidas no está muy bien pero era algo muy importante por eso no pude evitarlo. Me acerqué y pregunté qué producto era. Así conocí sobre Dialine.
Sus componentes esenciales que tienen un efecto anti-diabético ayudan a disminuir el nivel de glucosa y producir las hormonas necesarias. Contienen una cantidad grande de antioxidantes, vitaminas y microelementos, aparte de ácidos orgánicos. Con este conjunto de sustancias activas, las vitaminas se digieren bien, se ajusta la función del tubo digestivo y aumenta la inmunidad. Además, Dialine tiene polifenoles y flavonoides. Todo eso normaliza el nivel de azúcar, colesterol y triglicéridos, aumenta el nivel de lipoproteínas, produce un efecto antioxidante y ayuda a evitar los procesos inflamatorios que acompañan la diabetes.

Cuando empecé a tomar el producto, noté que el nivel de azúcar gradualmente bajaba. Luego (cuando deliberadamente no tomarla un par de veces para averiguar que pasaría) descubrí que el nivel de azúcar permanece en los límites normales (¡estaba más cerca al límite superior pero era normal!) ¡Aún sin el uso adicional de Dialine! Además noté que mi presión arterial se había normalizado, y siempre había sido un poco más alta de la norma.
Por esto puedo decir con certeza: la diabetes se cura, y para eso no hace falta irse a Israel, los EE.UU. o en cualquier otro lugar. Siempre lo encargo en el sitio oficial, aquí en el enlace. Además, el pedido siempre llega rápido. Si alguien tiene temores en cuanto al pedido por internet, hay que pagar solo al momento de recibir el pedido.
Entonces, mis queridos compañeros de desgracia, ¡tenemos la posibilidad de recuperarnos! Y sería estúpido no aprovecharla, como una segunda oportunidad de recuperar la salud que hemos perdido. ¡Pero, claro, es importante no solo pensar en curar la diabetes sino también en que nuestra vida sea buena! ¡Cuidense y disfruten de la vida!
Comentários:
Sergio, más probablemente que sí. Cuando encarga, puede precisar del operador, ellos cuentan todo detalladamente y consultan.